No hay primavera sin flores, ni verano sin calores.
Como bien dice el dicho, la primavera es la estación de las flores por excelencia.
Y con las plantas en flor llegan todos sus perfumes naturales. La intensidad de los perfumes de las flores varía mucho de unas plantas a otras: algunas lo exhalan a muchos metros a la redonda, queriendo llamar la atención del paseante, como el azahar de los naranjos.
Otras son más discretas y la fragancia solo se percibe en la cercanía de la planta como ocurre con las rosas.
Casi todas tienen un momento en el día en el que empezar a exhalar su aroma.
En general, las flores blancas son las que más perfuman la noche. Su aroma unido a si color que resalta en la noche sirve como guía para los animalillos noctámbulos.
Los jazmines, las damas de noche, la caña de ámbar, las azucenas y los azahares encuentran en la oscuridad su mejor momento, exhalando un perfume denso y dulce, que llena el aire de exotismo.
Las plantas de flores de colores fuertes, como el amarillo o los azules y lilas, suelen activar más sus fragancias durante el día como las flores del paraíso, las lilas y las lavandas y son muy visitadas por insectos diurnos.
Desde siempre el ser humano ha tenido predilección por las flores.
Nuestro gusto por las flores
Es indiscutible que las flores embellecen el ambiente y hay estudios que prueban que influyen de forma positiva en nuestro estado de ánimo. Y si te sientes bien, vas a ser más productivo.
Además, en muchísimas culturas las flores son sinónimo de creatividad y armonía, y satisfacen todos los sentidos. Se cree que ante la falta de imaginación mantener el ambiente lleno de flores favorece la creatividad.
Algo tendrán las flores cuando desde hace más de 6.000 años, el ser humano las recolecta y las utiliza:
Como adorno: para honrar a los difuntos, decorar templos y embellecer mesas en un banquete, la historia de la decoración floral empieza en Mesopotamia y llega hasta nuestros días.
Por su perfume: como ya te contamos en este post «Los secretos del perfume».
En la antigua Grecia, cada divinidad tenía su propia planta simbólica y con sus flores se decoraban sus templos. Por ejemplo, las rosas rojas y blancas se dedicaban a Afrodita; el ciprés, al dios de la muerte Hades, y el lilium blanco, a la diosa Perséfone. El templo de Dionisio, dios de la cosecha, era decorado con hojas de hiedra y de parra. Y el de Himeneo, dios del matrimonio, con el mirto.
Pero no solo decoramos con las flores naturales en sí mismas, sino que desde siempre, el ser humano ha decorado con motivos naturales y florales cualquier superficie: paredes, telas, textiles y cerámicas son adornadas con flores desde tiempos inmemoriales.
La existencia del arte rupestre así lo plasma.
La decoración floral va también muy unida a otro arte: la cerámica.
La cerámica y la decoración floral
La cerámica es el arte de fabricar objetos elaborados con arcilla cocida.
Este arte es uno de los inventos más importantes de la humanidad.
La invención de la cerámica se produjo durante el neolítico, cuando se hicieron necesarios recipientes para almacenar el excedente de las cosechas producido por la práctica de la agricultura. Supuso una verdadera revolución el poder almacenar y transportar productos, especialmente líquidos en recipientes de cerámica.
De hecho, los restos cerámicos encontrados más antiguos del mundo datan de hace más de 20 mil años y son fragmentos de un gran tazón encontrado en la cueva de Xianrendong, en la provincia de Jiangxi, China.
La cerámica y porcelana chinas son las de mayor tradición y sus innovaciones técnicas y estilísticas han influido en el resto de países, primero en oriente y más tarde por Europa y América.
Es en China donde se empieza a utilizar el torno y donde pudo nacer la decoración de las piezas con motivos naturales: florales y marinos.
Cerámica y perfume, una pareja con mucha historia
Cuando hablamos de cerámica perfumada nos referimos a una figura de una cerámica porosa a la que se le añade esencia aromática o perfume. La pieza irá desprendiendo su perfume lentamente y además sirve como elemento decorativo.
Desconocemos a ciencia cierta cuándo nació este tipo de cerámica. Pero lo que sí sabemos es que en la antigüedad eran conocedores de las propiedades de los materiales, y sabían que no todos conservaban igual los aromas: el alabastro, por ejemplo, era una piedra especialmente valorada, dado que era impermeable y estanca, aunque muy cara. La cerámica, muy popular para guardar perfumes en Grecia, fue sustituida en Roma por el vidrio, que poseía también excelentes cualidades de conservación, pero era un material mucho más asequible.
Quizá en algún momento alguien se dio cuenta de que el perfume envasado en cerámica muy porosa, se iba escapando lentamente para encontrar individuos a los que agradar.
El curioso caso de la cerámica perfumada de las Monjas Clarisas
Las monjas Clarisas, originarias de Italia y asentadas en España hacia el siglo XIII tuvieron un rol primordial en la cristianización de América.
Y eran ellas quienes hacían un tipo de cerámica muy particular.
«La cerámica de las monjas es una cerámica de un tipo especial, que ya no se elabora. Era de fina confección, hermoso colorido y perfume característico.» Texto extraído de la Enciclopedia Chilena
Solo se ha reconocido que entre sus ingredientes se encuentran la arcilla, arena fina y el caolín. También se sabe que era cocida a baja temperatura.
Eran pequeñas piezas de adorno, no destinadas a uso cotidiano. Se dice que estas cerámicas apelaban a los cinco sentidos.
Lo visual y táctil es claro al tratarse de pequeñas piezas de cerámica muy decoradas de estilo barroco.
El aroma a flores, que les daba su fama especial, y apelaba al olfato.
El oído quedaba también involucrado porque algunas de sus piececitas tienen partes móviles y producen un sonido muy característico.
Y, lo más pintoresco es que también apelan al gusto, pues en algún momento estuvo «de moda» comer pequeños trozos de determinadas cerámicas (bucarofagia) entre las mujeres españolas de la alta sociedad barroca. El objetivo era lograr el canon de belleza basado en la apariencia frágil y enfermiza de las mujeres cuyo máximo exponente era lucir un rostro de extrema palidez.
La cerámica perfumada en la actualidad
En la actualidad, la cerámica sigue estando muy presente en nuestras vidas. Son muchas las formas en las que hoy se utiliza la cerámica: alfarería, fabricación de materiales para la construcción (ladrillos, azulejos, etc.), hasta aplicaciones industriales, materiales refractarios, aislantes etc.
Nosotros somos especialistas en cerámicas perfumadas.
La manipulación de la porosidad de la cerámica permite conseguir piezas que evaporan de forma gradual la esencia y mantienen su aroma durante meses.
Nuestro proceso de producción está a medio camino entre lo artístico, lo técnico, lo profesional y lo artesanal. Te lo contamos aquí.
En las imágenes de este artículo te mostramos dos de nuestras piezas de cerámica porosa perfumadas con aroma a primavera y a almendros en flor, una esencia tan ideal como la estación del año en la que nos encontramos.